Claves para descubrir tu Ikigai

Cuando me encuentro con mis lectores en conferencias, cafés o incluso en aeropuertos, las preguntas que más frecuentemente escucho tienen que ver con el Ikigai. En realidad, no me preguntan directamente por el Ikigai -uno de las secciones que más disfruté investigar mientras escribía “El Círculo Virtuoso”- sino que me hacen preguntas acerca de cómo reconocer cuál es su camino, su pasión o su vocación que pueden ser respondidas con el Ikigai.
Es por eso que se me ocurrió incluir un cuadro con mi Ikigai aquí abajo, seguido de una breve explicación y luego un cuadro de Ikigai “vacío” para que cada uno pueda armar el suyo.
Aquí está mi Ikigai.

 

En mi libro describo al Ikigai de la siguiente manera:

En Okinawa, el ikigai es la «razón de ser» de una persona. Se trata de tu propósito de vida, aquello que te hace levantar cada mañana. Descubrir cuál es tu ikigai puede requerir tiempo y un gran trabajo a fin de conocerte a ti mismo. No obstante, los japoneses creen que el esfuerzo bien vale la pena. Ellos están convencidos de que aquellos que descubren su ikigai logran vivir una vida llena de sentido y satisfacción.

Aquí abajo tienen un Ikigai “vacío” (si se lo quieren descargar para imprimirlo, hagan click sobre él con el botón derecho del mouse y elijan la opción «Guardar imagen…»).

Finalmente, les dejo una recomendación para ayudarles a armar su propio Ikigai. La palabra en el centro del Ikigai (en mi caso, “Comunicar”), suele ser la última en presentarse. Si no tienen certeza acerca de cuál es su “razón de ser”, lo mejor es empezar por las áreas que sí conocemos. Por ejemplo, puedes empezar por llenar el espacio donde dice “Es por lo que te pagan”; es decir, tu trabajo; aquello de lo que vives. A partir de ahí, podrás deducir una de las dos áreas contiguas a “Eso por lo que te pagan”: “Profesión” o “Vocación”. Si no sabes cuál es tu vocación, porque aún no la has encontrado, escribe cuál es tu profesión. De allí podrás tomarte el trabajo de deducir los aspectos de tu profesión en los que más destacas y ya tendrás con qué llenar el siguiente casillero “Eso en lo que eres bueno”.
Esa es la belleza del Ikigai. Más que una herramienta descriptiva, se trata de un cuadro orgánicamente construido, compuestos de partes interrelacionadas. A medida que vamos deduciendo sus partes y estableciendo las conexiones, el mapa que te llevará a descubrir el tesoro de u propósito en la vida se irá revelando ante tus ojos.

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