No todos los «¡No!» son iguales

A medida que recorremos el camino a cumplir nuestros sueños, todos nos encontramos con una situación familiar: estamos haciendo un gran esfuerzo, pero no vemos los resultados. Esta situación es la que describo en mi libro como la coyuntura del “NO de desvío” y el “NO de subida”.

La diferencia entre uno y otro se puede percibir en el efecto que tienen sobre nuestro camino. Así es como lo explico en mi libro:

Mientras que las oportunidades que se derivan de los «NO de desvío» llegan a nuestra vida gracias a que recibimos un NO, las oportunidades que provienen de los «No de subida» llegan a nosotros a pesar de que recibimos un NO.

Una vez que entendemos cuál es el tipo de “No” que nos está impidiendo obtener los resultados deseados, la solución se vuelve obvia. Si se trata de un “NO de desvío”, debemos encontrar un camino alternativo y probar por otro lado. Si se trata de un “NO de subida”, debemos continuar por el mismo camino que veníamos recorriendo hasta obtener el resultado deseado. Aquí abajo está el cuadro comparativo para poder entenderlos mejor.

NO DE DESVÍO NO DE SUBIDA
Resultado

Nos impulsa a nuevos caminos.

Resultado

Nos Impulsa a nuevos niveles.

¿Cómo llegan las oportunidades?

Gracias a que recibimos un NO.

¿Cómo llegan las oportunidades?

A pesar de que recibimos un NO.

¿Cómo enfrentarlos?

Con apertura mental.

¿Cómo enfrentarlos?

Con enfoque láser y persistencia.

Algunos ejemplos de NO de desvío

Los recibidos por trabajar en una profesión o industria que está desapareciendo.

Los recibidos al ser pareja de alguien que no me ama o no me respeta.

Algunos ejemplos de NO de subida

Los recibidos cuando intentamos avanzar a posiciones de mayor jerarquía.

Los recibidos al rendir exámenes de alta complejidad.

El problema, obviamente, es que no resulta fácil entender si la falta de resultados en un momento particular se debe a un “NO de desvío” o a un “NO de subida”. ¿Cómo saber si es mejor cambiar de rumbo o perseverar? Esta es la gran pregunta que todos nos hacemos a medida que avanzamos en nuestro camino.

Les dejo un intento de respuesta que me ha servido.

Comencemos por establecer lo que sabemos: queremos ciertos resultados, pero lo que estamos haciendo no parece estar ayudándonos a conseguirlos. Lo que tenemos, entonces, es una ausencia. ¿Existe alguna disciplina en la que una ausencia de resultados se considere progreso? Pues, claro que sí. En la Ciencia no existen los experimentos fallidos, ya que cada prueba no se mide en función de los resultados deseados sino de los resultados obtenidos. Aplicar este principio científico a nuestros proyectos no es tan difícil. Les doy un ejemplo de mi vida personal.

En diciembre del año 2007 lancé mi show de televisión SuperLatina. A los pocos meses, Estados Unidos enfrentó la peor crisis económica en casi un siglo. A partir de ese momento, el modelo de negocios tradicional de los productores de televisión dejó de funcionar. Vender un nuevo show cuando todo el mundo está ocupado recortando presupuestos es garantía de fracaso. Ante esta perspectiva, la pregunta que me tuve que plantear fue la siguiente: si nadie tiene dinero para comprar mi show, ¿qué debo hacer para venderlo? La respuesta obvia es: encontrar un precio que mis clientes puedan pagar. Es decir: cero.

Así es, mi “solución” fue ponerle un precio de CERO dólares a mi show. Es decir, comencé a ofrecerlo gratis. Una vez “solucionado” el problema del precio, el camino a recorrer se volvió evidente: debía encontrar la manera de monetizarlo. Y aquí es donde el “NO” reveló su naturaleza: se trataba de un “NO de desvío” (ya que el “NO de subida” hubiera significado seguir intentando que los canales me pagaran una tarifa por emitir mi show, sin el más mínimo resultado).

Nuestro desvío consistió en encontrar un modelo de negocios alternativo; y eso fue lo que hicimos. A cambio de darles nuestro show gratis, le pedimos a los canales de televisión que nos cederían el 50% del espacio comercial entre segmento y segmento para vendérselo a nuestros clientes. Este modelo es conocido como “barter” o “canje”. Con un precio de cero, conseguir canales dispuestos a “comprar” nuestro show fue relativamente sencillo. Y una vez que la distribución de nuestro show creció lo suficiente, pronto aparecieron los patrocinadores interesados en nuestra creciente audiencia.

En resumen, cada “fracaso” nos permite aprender porque, usando el marco de interpretación correcto, la ausencia de resultados es, en sí misma, un resultado. Todo lo que tenemos que hacer es tomarlo como un “resultado obtenido” y aplicar la lección aprendida a nuestro próximo experimento. Muchas veces, las mejores oportunidades se presentan en nuestro camino bajo la forma de un “¡NO!”. La clave es saber intepretarlo.

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